
Era un italiano de Venecia, como de 50 años, ojos de un azul clarísimo, alto y muy buena gente. Viajaba conmigo en el tren de Bologna a Milán. Yo lo observaba y sacaba estas conclusiones mientras muy torpemente me pintaba las uñas de la mano derecha…
– ¿Le ayudo?
– … ¿Me quiere pintar las uñas?
– ¡Lo puedo intentar!
Característica sexta del personaje en cuestión: no muy diestro en el arte de la pintura. Mis uñas fueron un desastre todo el viaje pero yo me reí.

Empezamos a hablar y me dijo: ‘’Hoy es mi primer día de vacaciones, me bajo en Fidenza y camino hasta Roma. Es Santiago de Compostela en Italia’’.
Entre otros detalles me comenta el clima y las condiciones, y yo impresionada no acato más que ponerle atención y en el momento en que le iba a preguntar el nombre me dice Ciao. Veo hacia afuera y está el rótulo: Fidenza.
Fun fact que me di cuenta hoy: son 498km.
Resumen: Un ídolo de 50 años que no sé como se llama, me pintó las uñas camino a Milán. Casual.
